En un mundo de constantes cambios, la educación no se ha mantenido al margen. Nuestra generación y generaciones anteriores, hemos sido educados bajo un sistema educativo tradicional, que prioriza el conocimiento duro desde temprana edad por encima del desarrollo del ser. Un sistema directivo y poco comprensible de las necesidades reales de la infancia y enfocado en resultados inmediatos como la memorización, la competencia y la excelencia malentendida. Pero eso está cambiando.
Cuando una familia llega al Pez por primera vez, muchas veces viene llena de preguntas y dudas acerca de: ¿Cómo aprenderá su niño o niña? ¿Saldrá o no preparado para ingresar a la primaria? ¿Cómo es nuestra metodología? Entre otras. Responder estas preguntas desde una perspectiva Pez es muy fácil gracias a nuestra metodología… y aquí se los explico.

En el Pez hemos consolidado una Metodología Viva que constantemente está reinventándose y adaptándose a las nuevas necesidades educativas y sociales. En principio, el Arte, el Juego y la Imaginación son nuestras principales herramientas para generar situaciones que despierten, en forma natural y espontánea, la curiosidad y capacidad de niños y niñas de actuar sobre el mundo que los rodea. Nuestra misión como cuidadores es acompañarlos en esta primera etapa de sus vidas en donde estamos convencidos -y cada vez existen más estudios sobre esto- que lo más importante es generar vínculos seguros y estables que les brinden las posibilidades de sentirse acogidos, escuchados y respetados. Solo así, con una base emocional que los sostenga en su ser total, es posible abrir el camino del aprendizaje.
Ahora, si observamos o les preguntamos a los niños: “¿Qué es lo que quieren hacer?”… ellos siempre dirán: “¡Jugar!”… Y aquí en El Pez ¡se juega! Jugamos desde el cuerpo, desde la imaginación, desde la posibilidad de expresarse y crear desde las artes. Esto es lo que hacemos. Jugar es fácil pero a la vez nos reta muchísimo a crear espacios ricos en posibilidades, partiendo de lo que los niños quieren y necesitan y no desde las expectativas del adulto. Al jugar, los niños ya están aprendiendo desde su propio interés y desde lo que les es más útil en su momento de vida. De nada nos sirve “lograr” que un niño de 2 años sepa los colores cuando lo que él quiere es moverse, descubrir qué hay dentro de la tierra y saber cómo llega un Pez a la Luna. Sin embargo, observando, sintiendo y de forma muy natural ellos se transforman en científicos, exploradores y quieren cada vez saber más y más. Es allí donde surge la necesidad de seguir jugando pero creando espacios más formales (pero no menos divertidos y respetuosos) que darán paso al pensamiento más complejo y simbólico, al aprendizaje de herramientas concretas necesarias para un futuro. En ese momento, todo el equipo educativo esta atento para reconocer cuando un niño o niña ya está listo para acceder a estas experiencias importantes que serán tomadas por ellos sin sensación de exigencia… la necesidad de aprender ha surgido de ellos mismos.

Los años de experiencia nos han demostrado que los niños que transitan por el Pez se llevan en sus corazones mucho más que aprendizajes. Se llevan la certeza de haber sido reconocidos y respetados en su esencia, sabiendo que existen muchas formas de aprehender el mundo que no pasan sólo por lo cognitivo. Se van reconociéndose importantes, amados y capaces de crear y disfrutar, se van seguros de que ¡los Peces sí pueden llegar a la Luna!
Marcela Silva
Directora.
¡Matrícula abierta! Nido El Pez 2020
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