Tips! los padres siempre quieren tips; concejos para acompañar a sus pequeños en el proceso de crecer y desarrollar las diferentes habilidades que necesitarán en su vida adulta. Sin embargo, yo como cuidador siempre doy la misma respuesta: “no hay tips”, o por lo menos solo se me ocurre uno: “escuchar a los niños”.
¿Pero cómo escuchas a los niños? Primero, hay que ser conscientes de que acaban de llegar al mundo, y esta expresión se puede tomar de manera literal, como si hubieran llegado de otro planeta. ¡Si! Son exploradores que han venido del espacio sideral a conquistar este planeta, pero no lo conocen. Como buenos exploradores serán muy minuciosos en su investigación, desde el primer contacto con nuestra atmósfera y a partir de allí con cada fenómeno o experiencia que se encuentren: la calidez de los brazos de la madre que contrasta con la áspera barba de papá, las diversas texturas de los tejidos con los que son cubiertos (sábanas, cobijas, pañales), las distintas cualidades de los objetos, el frío límite de una cuna, una brisa que entra por la ventana, la caricia de un hermano, la experiencia del baño rica en temperaturas, texturas y fragancias. Un sin fin de posibilidades que van encontrando a medida que crecen.

En la misión de conquistar el mundo, nos fueron dadas herramientas de increíble precisión, que deben ser calibradas en los primero años de vida. La vista, el tacto, el gusto, el olfato, el oído, la razón, la emoción, la intuición y otras que cada explorador desarrollara de acuerdo a sus necesidades.
Conociendo el mundo nos conoceremos, sabremos qué sonidos nos son agradables y cuáles no. Desarrollaremos habilidades diferentes y aprehenderemos (si! con hache intermedia) el mundo a través de los sentidos. Así, poco a poco, sabremos la diferencia entre una manzana y una pera, su forma, su color, su olor y demás características que las hacen únicas.
Pero no nos quedemos con solo estas 2 frutas recordemos las gran cantidad de posibilidades que hay en el mercado, las alverjas por ejemplo han sido en el entrenamiento motriz fino previo a la escritura por generaciones, algunos que lean este artículo recordaran cuando de niños la abuela les daba como tarea desgranar las alverjas, esta es quizás la experiencia sensorio-motor más popular en los hogares de hace 30 o 20 años.

Alejándonos de la cocina, quién no ha saltado en una cama o un sofá soñando ser un superhéroe y volar, o ponernos lo zapatazos de papá o mamá y tratar de caminar por la casa, y cuando alcanzábamos el interruptor que prendía y apagaba la luz, lo presionábamos una y otra vez para descubrir la increíble posibilidad de iluminar u obscurecer un espacio o simplemente la sensación de mágicamente hacer desaparecer y aparecer ese pequeño sol que representaba el foco.
Si pudiéramos recordar todas estas primeras experiencias cuando recién llegamos a este mundo, seriamos más condescendientes con los jóvenes exploradores que acaban de llegar. No hay nada más que hacer que escucharlos y escucharnos.
Es nuestro sentido común el que nos dirá como acompañar a estos pequeños colonizadores y como anfitriones, tenemos la misión de permitirles explorar el mundo sin que corran peligro. No existe especialización en el mundo que nos enseñe a ser padres. La naturaleza nos ha dotado de lo necesario para acompañar a nuestros hijos en el primer tramo del camino de su vida, con cuidado, con respeto, con amor, sin preocuparnos por la etiqueta social, el establishment, la moda o el costo de las lentejas o del sofá. Acaso ¿se puede poner un valor monetario al desarrollo integral de nuestros hijos?
La mejor manera de crear experiencias sensoriales para los niños en casa es dándoles libertad de explorar ese pequeño territorio que es el punto de partida para el maravilloso viaje que es la vida.
Enrique Sierra
Profesor Cachivache.
Descubre la aventura Pez desde dentro
Patricia Quichiz
Cuando utiliza una cucharita de su juego de te como TELEFONO y llama al dr para q cure de resfrio a su patito CUA
O cuando se pone como sombrero el recipiente del BACIN y dice q es MAGO, como CACHIVACHE