Sea el escenario que sea, educar en casa siendo padres o educar en las aulas siendo maestros, implica participar en el desarrollo de sacar de adentro hacia afuera lo mejor de los niños y niñas, desarrollando sus recursos para transformar el mundo, re-crear sus vidas y convivir de manera saludable y feliz, pero ¿es posible hacer eso sin amor? ¡Yo creo que no!
Creo que todo acto de educar es un acto de amor; y no es romanticismo sin sentido, es que en realidad educar es una experiencia en donde la generosidad y actitud de servicio están presentes, y existe un interés concreto para que la otra persona se desarrolle y que dicho desarrollo le ayude a vivir saludable y feliz. Es entonces difícil pensar en cómo dicha experiencia no trae consigo el afecto. Pero claro educar desde el amor es más que sentir afecto por nuestros hijos e hijas o por nuestros alumnos/as; es más que enseñar a reconocer y regular emociones. Educar desde el amor es “amar la experiencia educativa” con todo lo que está implica.

Cuando educamos desde el amor nos conectamos con nuestra propia capacidad de amar y con la capacidad para amar de todos los involucrados en la experiencia educativa, esa cualidad que nos hace únicos y humanos y que potencia todo lo vivido que es el amor. Reconocer que la experiencia educativa tiene como componente fundamental el amor es justamente reconocer el poder recreativo de esta. El reconocido investigador Maturana menciona que Amar es una emoción que sostiene y funda lo humano.
Educar desde el amor tiene innumerables ventajas y seguro tú encontrarás muchísimas más:
- Cuando educas desde el amor, modelamos las maneras de amar, recreando maneras positivas de vincularnos como seres humanos curiosos que transforman vidas.
- Cuando el amor es tu camino, te permites reconocer los recursos y construir así una visión positiva del otro y de ti mismo. Le regalas al otro la capacidad de ser amado.
- El amor como camino permite educar, creando un espacio que acoge al otro en su esencia y genuinidad, sin juzgar, más bien desde la empatía.
- Educar desde el amor es darle cabida a la pasión por aprender, a la curiosidad, a la sabiduría del otro.
- Cuando educas desde el amor, estás hablando de emociones sin hablar de ellas, las estás modelando y las estas transmitiendo a través de tus actos.
Sin embargo, no siempre está claro el camino para educar desde el amor. A veces, pasa que a pesar de estar presente no podemos sentir ni reconocer el amor. Si esto ocurre es posible que estén habiendo distractores u obstáculos en el camino de educar, los cuales no están permitiendo que el amor se sienta y que permita que haya un crecimiento y aprendizaje. Algunos de estos distractores y obstáculos potentes pueden ser: el miedo, la rabia, el ego, la necesidad de control, la auto exigencia, el perfeccionismo, la competencia, las expectativas, el estrés, etc. Si detectas algunos de estos distractores en tu camino, te sugiero que hagas una labor de limpieza para sacar todas las capas que no necesitas y desentierres el amor para quedarte con lo necesario y reconstruir tu experiencia educativa, permitido que el amor sea el material que uses para educar.

Te comparto un ejercicio que podría servirte para realizar esta labor de limpieza de tu camino, para reconfigurar y transformar tu manera de educar. Advertimos que puede ser importante repetirlo después de un tiempo, y alentamos que encuentres tu propia manera de hacerlo e imagines distintos ejercicios de limpieza.
- ¿Qué tipo de camino es el que caracteriza tu manera de educar? Si fuese una imagen ¿cuál sería? ¿te gusta? ¿qué partes te gustan? ¿qué partes no te gustan de dicho camino?¿Si relacionaras las partes del camino que no te gustan con que distractores u obstáculos los relacionarías? ¿Estrés, rabia, el ego, la necesidad de control, la auto exigencia, el perfeccionismo, la competencia, las expectativas, etc.?¿Cómo puedes transformar o limpiar esos distractores/obstáculos?¡Ahora reconfigura tu camino!
- ¿De qué manera el amor está presente en la manera como educas? Piensa en algunos ejemplos concretos, pero sobretodo piensa en como tú te sientes.
- ¡Reconéctate con tu capacidad para amar y ser amado! ¡Llévala contigo en tu experiencia educativa!
Shirley Documet
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