La travesía hacia el Pez

Siempre que me preguntan si tengo hijos terminan preguntándome sobre el nido o colegio que van, y siempre termino contando esta historia que me encanta: mi familia y yo vivimos en La Molina y sí, todos los días nos vamos felices al Pez en… ¡Miraflores!

También siempre termino contando quién fue quien escogió el Pez y algo ocurre cuando escuchan que nuestra hija tomó la decisión. Fue ella quien nos pidió “volver” luego de un pequeño estadio en la sede de la Molina y otro en un nido diferente. A mí me costó más la adaptación que a ella; al nuevo espacio, a ver más gente, fue ella quien de una forma u otra me decía: vamos confía, yo estoy bien.

El resto es historia. El tiempo le dio la razón a la relación espacio-niña-cuidadores.

¿Qué tanto escuchamos a una niña de 2 años? ¿Qué tanto aceptamos sus decisiones? La verdad que no mucho, pero para mí ha sido una lección inmensa y un bautizo de fuego como papá haberlo hecho.

Luego a un amigo le dije que estoy haciendo una “terapia” de lunes a viernes… ¿Ah sí? ¿Dónde?

En el nido de Irie le dije …. Ya que cada día al cruzar esa puerta dejo el ego afuera, dejo al adulto afuera y entramos dos niños juntos (hay días que vamos con Chasqui también, pero esa es otra historia). Lo interesante de esto es que me di cuenta lo importante del espacio, la gente, la energía que existe para poder llegar a ese estado. Realmente abstraerme de todo preconcepto de lo que ser adulto significa y convertirme en un niño más dentro de este espacio (¡En el colegio de Marlon ni me dejan entrar!)

Sentir esto me ha sido muy importante. Hablamos de buscar lo mejor para los chicos, trabajamos por los chicos y su futuro. “La familia es todo” se dice…. pero me costaba rodar en el piso con ella y de no poder rodar el cuerpo ni rodar la mente.

Siempre quise ser parte de estos momentos, de ir junto a mi hija a todos los lugares importantes para ella, conocer a sus compañeros, a sus profes, a las otras profes, a quien cocina, donde lo hace, entrar a otros espacios a otras aulas, ver qué juguetes hay y alucinar juntos por que están ahí. Dentro de mis alucinadas he podido conocer – y lo sigo haciendo- a todas estas personas que están en contacto con Irie de lunes a viernes de 8am a 12:30pm durante muchas semanas del año y la verdad es una enorme felicidad saber que ella no se equivocó al cuadrarse en este pequeño espacio que, sin querer, es su primera educación, es El Pez en la Luna.

Encontrar algo común es fácil. No buscar algo fuera de lo común, encontrarlo y que concuerde es sumamente difícil.

“Papá ¿Por qué tengo que ponerme chompa?” “¡Papi mira! ¡¡Mira!! ¡¡Mira pueeesss!!! “

Irie (Eye- Ree) significa lo positivo, “Feliz” “Bueno” “Placentero” o es usado para expresar que todo está bien.

¡En El Pez nos sentimos recontra Irie man!

Miguel Pretel

Papá Pez

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